Microplásticos
¿Dónde acaba todo el plástico vertido en los océanos? Esta pregunta se hicieron varios científicos en la década de los 2000 y la respuesta está en la palabra microplásticos.
Los microplásticos son trozos de plástico de menos de 5 milímetros, los cuales han sido encontrados en ríos, lagos, suministro de agua potable y agua embotellada. Estas partículas son más difíciles de filtrar, recoger y detectar y terminan en los estómagos de varios animales. Es una cadena: los animales marinos ingieren estos microplásticos, se acumulan en su cuerpo y finalmente termina en los humanos siguiendo una cadena alimenticia.
Actualmente están clasificados en dos categorías:
Primarios: pequeñas partículas lanzadas directamente al medio ambiente. Provienen del lavado de ropa sintética o la abrasión de los neumáticos en la conducción, otros productos pueden ser los de cuidado personal por ejemplo microperlas en exfoliantes faciales. Se estima que representan entre el 15% y el 31% de los microplásticos en los océanos.
Secundarios: estos provienen de la degradación de productos plásticos como bolsas, botellas o redes de pesca. Estos representan entre el 69% y 81% de mircroplásticos en los océanos.
La información sobre ellos es limitada, así como los estudios realizados no determinan aún su gravedad, ya que dependen de la ubicación del mar que se analiza. Varias aves ya están contaminadas y especies comerciales como los crustáceos, se sabe que el 80% contiene plástico o microplásticos. Un informe de la OMS del año 2019 indica que estos microplásticos no tienen un impacto en la salud, pero las investigaciones continúan.
Este es uno de varios motivos más para motivarse a tomar conciencia del reciclaje, reúso o usos alternativos al plástico, principalmente los productos plásticos de un solo uso que contribuyen al 70% de los desechos que llegan al mar. También es una buena opción el uso de más productos naturales para el tratamiento cosmético, por ejemplo el uso de avena como exfoliante.
Fuente: Comisión Europea